31.5.08

Pecado

Hay un hueco
que es mi rostro
una y otra vez
en el espejo
y que no soy yo
aunque me pertenezca.

Hay un hueco
que es ajeno
a toda mirada,
a toda realidad,
a cualquier forma
del yo y de permanencia.

Hay un hueco
que los filósofos
buscan en filosas
noche de insomnio
y en deliradas
tardes de café
y medialunas.

Hay un hueco
que es terrible
ante el espejo
y bajo el cielo
como si alguien
hubiera cometido
algún pecado
irremediable.